Si, yo se que la busqué.
Si, yo se que insistí.
Si, yo se que la cagué.
Ayer me paré en frente de donde trabajas ( lugar que crees que no conozco )
y me dolía el cuello de tanto mirar y mirar por la ventana.
No se en que momento volví a ser el mismo niño de 16 años,
el mismo frágil que necesitaba solo verte.